AL CARDENAL RUBÉN SALAZAR

El cardenal Rubén Salazar está mirando las cosas con demasiada objetividad… tanta, que se olvida que la vida privada de una familia es precisamente eso, privada, razón por la cual lo que afecta las subjetividades de sus integrantes no debería ser afectado por la “mirada objetiva” de alguien que no tiene ni la más remota idea del tipo de personas que conforman dicha familia y que por lo tanto él (el cardenal Salazar), está abogando no por la preservación de la familia sino por la discriminación.

Pero como conozco a más de un leguleyo de medio pelo que saldrá a echarse una tesis sinsentido sobre lo que significa la objetividad y la subjetividad, me dejo de “maricadas” (ironía) y hago el intento de escribir las cosas como son…

Para empezar me descompone, hiere, ofende y hace que me hierva la sangre cuando una persona, sea quien sea, (sacerdote, político, maestro, zapatero) QUIEN SEA, sale con la ridícula incoherencia de decir “señores de la Corte, por favor niéguenle a esa familia el derecho a ser familia; sin embargo, que por favor quede en el acta que yo no discrimino y que respeto a los homosexuales”… Seamos claros… SI DISCRIMINA Y NO RESPETA ni a los homosexuales ni a los heterosexuales que comparten la vida con homosexuales… Y como a personas como el Cardenal hay que explicarle las cosas con plastilina, quiero advertir que cuando hablo de los heterosexuales que comparten la vida con personas homosexuales, hablo de los padres, hermanos e hijos de estos…

SI DISCRIMINA, porque de entrada está pidiendo que a un grupo de personas (sanas, que siempre han actuado de acuerdo con la ley) se les niegue un derecho…

SI DISCRIMINA, porque para pedir que se niegue ese derecho, trae como argumento el derecho fundamental que está pidiendo que se niegue…

SI DISCRIMINA, pues le está solicitando a una entidad como la Corte Constitucional que no proteja los derechos de una familia…

Y NO RESPETA porque sus argumentos están basados en el prejuicio, NO RESPETA en lo más mínimo ni siquiera las leyes de amor que debería promulgar como sacerdote católico… Miente ferozmente al decir que no tiene nada en contra de la comunidad LGBTI porque sus acciones indican que si tiene mucho en contra de esta comunidad… de otra forma no trataría de interferir en la vida de una familia que se ama y que quiere permanecer unida y protegida por la ley…

NO RESPETA, porque difunde el prejuicio de que todas las personas de la comunidad LGBTI que quieren adoptar, podrían hacerle daño a los niños… CÓMO SE LE OCURRE???????? Cómo alguien que promueve la ley del amor en la eucaristía de entrada está pensando que personas de carne, corazón y hueso van a dañar a sus propios hijos?????

Y ya que le gustan los estudios, lo invito a que se dé una pasada por el ICBF para ver cuáles son las verdaderas estadísticas de padres que hacen daño a sus hijos… para que vea si se trata de padres LGBTI o de padres heterosexuales…

El mayor daño que se le puede hacer a un niño es enseñarle a sentir miedo o vergüenza por la familia que lo ama y lo respeta y quiere hacer de él un gran ser humano… el mayor daño que se le puede hacer a un niño es enseñarle a discriminar al que piensa o siente distinto… ya estamos hartos de eso en un país que necesita la paz a gritos… ya estamos hartos de que desde esos púlpitos en los que se debe promover el amor, se siga promoviendo la polarización…

Es una falta de respeto que a personas como yo, que me levanto todos los días a trabajar duro, que cumplo con todos los deberes que como ciudadana debo cumplir, que creo en un Dios de amor, se me quieran negar derechos… Es una falta de respeto con mis padres que la iglesia en la que creen les diga que su hija a la que aman, y a la que han respetado toda su vida, no puede tener familia… Es una falta de respeto que se meta en la vida privada de una familia construida con la ley más clara promulgada por Jesucristo; la ley del AMOR… es una falta de respeto y consideración que trate de persuadir a una entidad que ha protegido a cabalidad los derechos de los colombianos, como lo es la Corte Constitucional, de que le nieguen a los niños criados en hogares homoparentales el derecho a estar protegidos no sólo por el amor de sus padres, sino protegidos por la ley… porque cuando una mujer como Verónica quiere adoptar al niño que ha criado con todo su amor, lo hace porque quiere protegerlo jurídicamente… protegerlo de personas que como usted, quisieran negarle el derecho a ese niño de tener una familia; aduciendo además un argumento que es el colmo de la incoherencia… lo cito: “el derecho fundamental y superior de los niños y niñas colombianos a crecer en el seno de una familia conformada -según afirma el vigente artículo 42 de nuestra Constitución- por la unión de un hombre y de una mujer”…

El derecho fundamental que se les debe proteger a estos niños que han crecido sanos, felices y llenos de amor, es el derecho a conservar la familia que conocen, es el derecho a que esa familia esté amparada por la ley, es el derecho a que cualquiera de las dos personas responsables que se han desvelado por ellos en la salud y en la enfermedad, puedan tomar decisiones fundamentales en caso de vida o muerte (y ruego a Dios que les de mucha vida!), es el derecho a que los bienes adquiridos por las dos madres, pasen a ser de ellos en el momento en que algo así deba suceder… es el derecho a que ni el Estado ni nadie los discrimine o utilice su poder para promover la discriminación…

Yo no conozco ni a Ana ni a Verónica ni a sus hijos… pero puedo intuir que esos niños aman a sus dos madres y tienen todo el derecho a que nadie… NADIE… les impida que la ley los proteja como familia…

La Corte Constitucional ya se ha pronunciado… ya ha dicho que los hogares formados por personas del mismo sexo también son familia… espero que en este caso mantenga la coherencia que la ha caracterizado y entienda que otorgar la adopción a esta pareja, es proteger jurídicamente esa familia y es proteger los derechos fundamentales de esos niños…  De otro modo el mensaje sería muy contradictorio… se entendería que a esos niños se les debería negar el derecho a conservar la familia que los vio nacer, que los ha visto crecer, y que los quiere proteger…