CANCIÓN NOSTÁLGICA
(ESTO LO ENCONTRÉ EN MEDIO DE UNOS ARCHIVOS VIEJÍSIMOS. TIENE UN TINTE ADOLESCENTE INNEGABLE, EMPEZANDO POR EL TÍTULO. PERO ME PARECIÓ DIVERTIDO LEERME DESPUÉS DE TANTOS AÑOS).
Una mujer o un hombre... qué más da... en ese estado el género pierde importancia. Una mesa cuadrada y pequeña con una silla de color amarillo mostaza. Un mantel de plástico un poco agujereado por el tiempo. Una pared sin pintar. El codo sobre la mesa y la mano sobre la mejilla. ¿Qué mas se necesita? Nada... o casi nada... Quizá una atmósfera un poco púrpura, un poco gris, un poco azul... no roja o amarilla. Una canción que suena en el cuarto de al lado... casi imperceptible... como la voz que no se escucha en un sueño. Una taza de café que se ha dejado enfriar... casi como el alma. ¿Qué más se necesita? Nada... o casi nada. Tal vez un castillo de naipes que se desmorona lentamente... pedazo por pedazo... y termina regado por el suelo sin intenciones de ser levantado ¿para qué? Igual puede caerse de nuevo. Es un sentimiento de rabia en estado de latencia... ahí se va a quedar... igual a nadie le importa... ¿Qué más se necesita? Nada... o casi nada. Una de las cartas salió por la ventana. Era una reina de diamantes. Un niño que pasaba la atrapó en el aire y la guardó en su bolsillo al lado de un chocolate derretido. Por fin la reina supo a qué sabía el chocolate derretido y le gustó... ¿Qué más se necesita? Ahora nada... o casi nada. La certeza de no volver a ver la mesa cuadrada, la silla de color amarillo mostaza o la pared gris.
Una mujer o un hombre... qué más da... en ese estado el género pierde importancia. Una mesa cuadrada y pequeña con una silla de color amarillo mostaza. Un mantel de plástico un poco agujereado por el tiempo. Una pared sin pintar. El codo sobre la mesa y la mano sobre la mejilla. ¿Qué mas se necesita? Nada... o casi nada... Quizá una atmósfera un poco púrpura, un poco gris, un poco azul... no roja o amarilla. Una canción que suena en el cuarto de al lado... casi imperceptible... como la voz que no se escucha en un sueño. Una taza de café que se ha dejado enfriar... casi como el alma. ¿Qué más se necesita? Nada... o casi nada. Tal vez un castillo de naipes que se desmorona lentamente... pedazo por pedazo... y termina regado por el suelo sin intenciones de ser levantado ¿para qué? Igual puede caerse de nuevo. Es un sentimiento de rabia en estado de latencia... ahí se va a quedar... igual a nadie le importa... ¿Qué más se necesita? Nada... o casi nada. Una de las cartas salió por la ventana. Era una reina de diamantes. Un niño que pasaba la atrapó en el aire y la guardó en su bolsillo al lado de un chocolate derretido. Por fin la reina supo a qué sabía el chocolate derretido y le gustó... ¿Qué más se necesita? Ahora nada... o casi nada. La certeza de no volver a ver la mesa cuadrada, la silla de color amarillo mostaza o la pared gris.
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